¿Por qué los adultos jóvenes no beben cerveza artesana?

1 septiembre, 2025by BeersAndTrips0

Podríamos haber titulado el artículo en clave novela de Stieg Larsson: «Los jóvenes que no bebían cerveza artesana», o casi mejor, que no bebían tanta cerveza en general.

Y es que si sumamos el descenso de la natalidad, el cambio de hábitos de la juventud o de la forma de relacionarse, lo cierto es que parece -o esa es la impresión general- de que el consumo de cerveza artesana está quedando para una franja de edad que va de los 30 a los 50 años de edad.

Podría parecer, que el sector de la cerveza artesana no crece precisamente porque, exceptuando a la horquilla de consumidores antes mencionada -la más frecuente-, los adultos jóvenes no se muestran permeables a probar la cerveza artesana.

En cualquier festival es fácil distinguir que la mayor parte de los asistentes a bares son veteranos y asiduos, es decir, parroquianos que llevan años repitiendo.

Charlando con Mikel Rius, director del Barcelona Beer Festival nos confirmaba que la franja de 18 a 25 años siempre ha sido testimonial en el festival, así que es difícil tenerlos analizados. También añadía que si bien el festival está en una excelente salud, quizás lo notemos de aquí 5-10 años cuando tengan que subirse al carro la nueva generación y al no haber pasado por otro tipo de cerveza o bebidas alcohólicas, ya no llegue a la cerveza artesana

Aunque no sea vinculativo el estudio realizado por Heineken, Ipsos y la Universidad de Oxford -ya que estaríamos englobando en el mismo saco a las cervezas industriales y las artesanas – de la encuesta llevada a cabo a 11 mil adultos de España, Reino Unido, Estados Unidos, Japón y Brasil, se desprende que en nuestro país, el 41% de la generación millenial elige opciones sin alcohol cuando sale con los amigos.

Entonces, ¿Cómo podemos entender en primer lugar los gustos o tendencias en ese sector poblacional? Y en segundo lugar ¿Qué habría que hacer para acercar a los jóvenes adultos a la cerveza artesana?

Para empezar hay que tener presente que en otras décadas el consumo de alcohol era motivo para discriminar a los colectivos que no les gustaba beber bebidas alcohólicas. Y eso es algo que ha cambiado. Aún habiendo rechazo y comentarios jocosos hacia los que no consumen alcohol, los jóvenes se sienten más liberados para decantarse por otras bebidas, algo que al mismo tiempo es posible gracias a la aparición de múltiples opciones que en los 80 o 90 eran impensables.

Pensar que la discriminación, la intolerancia o la imposición eran buenas estrategias para aumentar el consumo de cerveza (en ocasiones vinculándolo con la «hombría») ha hecho un flaco favor al sector.

Por otro lado, el cambio del consumo y la preferencia por bebidas no alcohólicas, es al mismo una oportunidad para explorar y fortalecer estrategias como la elaboración de cervezas sin alcohol. Según datos de Cerveceros de España, España es líder en consumo de cerveza sin alcohol de todo el mundo occidental, con un 14% del consumo per cápita.

El consumo cervecero artesano no tiene por qué decrecer. Se puede beber menos pero mejor, optando por cervezas de más calidad, mejores ingredientes, y estilos que encajan en todo tipo de gustos. Por tanto de lo que se trata es de que la cerveza artesana gane el pulso a la cerveza industrial.

Y para ello es importante la labor de divulgación de las ventajas de un producto de calidad frente a un modelo industrial que solo busca la máxima productividad, a menudo disfrazado en el «buen rollo» cervecero. Toca bajarse al barro para no obstinarse en modelos de negocio que ya están quedando obsoletos con el acceso al consumo de una parte de la población joven.

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