Entrevista a Ricardo “Semilla” Aftyka, co-fundador de Juguetes Perdidos

26 abril, 2021by BeersAndTrips0

Ricardo “Semilla” Aftyka nació en Buenos Aires pero a veces le hemos oído decir que es un ciudadano del mundo, un apátrida, pero no por ello alguien que reniega de su querida Argentina. Precisamente esa ausencia de «pretender ser», sumado a una entrega total a la causa craftbeer, es lo que hace que Ricardo sea alguien muy querido en el sector.

FÁBRICA JUGUETES PERDIDOS

Siempre ávido a ver, aprender y crear, la línea de la cervecera argentina Juguetes perdidos -de la que Ricardo es socio junto a Rodrigo «Ian» Loran y Sergio Picciani (Pisa)- ha sido centrarse en las cervezas que les gustan.

El hilo conductor de Juguetes Perdidos es la intensidad. No escatiman en gastos ni de productos/ingredientes ni de producción, adquiriendo equipo como tanques específicos para cervezas concretas. Cuidan mucho la imagen, logos serigrafiados en las copas y un trato exquisito a la gente que acude a la fábrica y al taproom.

En 2019 montaron uno de los festivales que mejor prensa ha tenido entre participantes y cerveceros, el Festival de Cervezas Extremas Juguetes Perdidos, centrado en tres variedades: Barrel Aged (añejadas en barricas), Sour (acidificadas con fermentación mixta) y Hop Bombs (cervezas lupuladas en extremo). Multipremiados por todo el mundo -como con la Galaxitra, American IPA que recibió 10 medallas de oro en siete países distintos- su trabajo es imposible que deje indiferente. Y es por ello que ha sido una de las razones más importantes para hacer la primera entrevista a una Brewery argentina.

ENTREVISTA

SOBRE «SEMILLA»

BeersandTrips: Decía Julio Cortázar, el escritor argentino más europeo o el europeo más argentino que “ser argentino es estar lejos”. Hijo del desarraigo, bandera de lo apátrida pero exponente de la argentinidad y antagónicamente de la soledad, Cortázar defendía el ser Argentino sin ser abanderado del patriotismo. Hubiese sido quizá el mejor abanderado de la cerveza artesanal argentina sin apelar a que es una de las mejores de Hispanoamérica no?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Tocaste un punto que me es muy cercano. Cortázar es mi escritor argentino favorito. Las veces que estuve en París fue a visitar los lugares que habitó y me es muy cercano. Toda su obra me es muy cercana y me encanta.

Por otro lado hay mucha gente a la que me hubiese gustado mucho sumar a este mundo de la birra artesanal, entre ellos que el Diego hubiese probado la colaboración que hicimos, pero bueno, nosotros seguimos para adelante y a mi me encanta estar acá, haciendo lo que me gusta, desparramando la cultura cerveza argentina por el mundo.

Y en Europa estamos con muchos proyectos, en España dimos el puntapié inicial, y ahora estoy en Italia trabajando con una cervecería donde vamos a hacer nuestras cervezas, en Lombardía, en la frontera con Suiza. Lleno de proyectos, ilusiones y ganas de hacer muchas cosas lindas.

BeersandTrips: Tú casi puedes ser otro ejemplo del argentinismo. Abuelos Polaco-rusa + italianos ….

Ricardo «Semilla» Aftyka: Es la historia de los argentinos, mis cuatro abuelos eran europeos, como le pasa con casi todos mis amigos. Los que tenemos esta edad, cerca de los cuarenta somos nietos de inmigrantes. De algún modo es una inmigración inversa, y de hecho con algunas personas con las que estoy colaborando acá en Europa son argentinos que están de vuelta en la tierra de los abuelos haciendo cosas.

La verdad es que tengo una mezcla linda, polaco, ruso, griego, italiano. Es lindo volver a las raíces y traer un poco de lo que aprendimos todos estos años, en mi caso una carrera de más de veinte años como cervecero. Hoy me han invitado a hacer una colaboración con The Garden Brewery en Croacia, así que como te decía con muchas ganas de compartir experiencias y empezar a tirar raíces por acá.

BeersandTrips: Como muchos compañeros del sector que conocemos llegas al mundo de la cerveza artesanal por casualidad, curiosidad y luego kilos y kilos de pasión. De hecho tu apodo, «semilla» proviene del total desconocimiento cuando en una sesión de hombrewer en Buenos Aires tienes la «osadía» de preguntar ¿de dónde vienen esas semillas (la malta). En ese momento ya te «bautizan» como una prometedora estrella futbolística como el «boludo de la semilla». Al final todos llegamos a la cerveza artesana de una forma similar, con preguntas a medio camino entre la ignorancia, la ingenuidad y la poca atención y aprecio que se le da a un producto como la cerveza ¿no?

Ricardo «Semilla» Aftyka: La cerveza artesana lo que tiene es que es un rubro que te da la posibilidad de aplicar tus conocimientos que traes de tu vida ¿no? Al que le gusta la metalúrgica puede desarrollarse con los equipos. Conozco muchos que trabajan en sistemas, que terminan armando material que se acaba usando en las fermentaciones de la cerveza. Por supuesto el punto de vista gastronómico, donde encuentran un lugar de creatividad en el mundo de la cerveza. Yo llegué por todo eso, y estuve casi quince años compartiendo mi experiencia como hombrewer. Hice el curso de juez hace más de trece años. Participe en experiencias como juez en competiciones que me llevaron a Estados Unidos, Japón, toda Latinoamérica. Y siempre muy inquieto, tratando de hacer lo que no hay. Contactando con la gente que sabe más  que yo.

Cuando presenté mi libro, hace tres años, Pasión por la cerveza, siempre decía lo mismo, que es un mundo muy generoso en el que alguien como yo, que cuando empecé era incapaz de diferenciar los ingredientes con los que se hace la cerveza, gracias a la generosidad de toda la gente que me encontré en el camino, veinte años después pude escribir un libro. Es un poco la historia de la cerveza artesanal en general, un rubro muy abierto, donde se comparte muchísimo y todos aprendemos de todos, y lo rico que tiene es el intercambio, y lo que vine a probar en Europa.

BeersandTrips: Si miras atrás ya son más de veinte años flotando en la cerveza artesana. Muchos de ellos como homebrewer. De hecho tardaste mucho en lanzarte a la aventura profesional y empresarial. ¿Por qué?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Tarde quince años en vender mi primer litro de cerveza y eso tiene que ver con que la cerveza siempre fue pasión. Y quizá por prejuicio, pensaba que el día que lo convirtiera en trabajo iba a perder algo de la parte más lúdica y la libertad de poder elaborar lo que se me cruce.

Y pensar que el hacer cerveza para vender me iba a atar a tener que cocinar cosas que tal vez no tenía ganas me tiraba para atrás. Lo que pasó es que me ofrecieron decenas de proyectos antes de Juguetes perdidos, pero lo que encontré con nuestra fábrica es mantener ese espacio lúdico y la creatividad y disfrute, gracias a que me asocié con dos tipos, Pisa e Ian que tiene la misma visión que yo con respecto a que es la cerveza y lo que tenemos ganas de hacer.

BeersandTrips: En 2013 sacaste una marca «Los bichos mandan» que pese a solo estar activa un par de años logró crear una legión de fans por diferentes puntos de Latinoamérica. ¿Qué te aportó esa aventura?

Ricardo «Semilla» Aftyka: El proyecto de los Bichos mandan, germen propio de Los Juguetes Perdidos, era un realidad algo más personal y lúdico que comercial. En ese momento fue casi una necesidad. En Europa es fácil conseguir cervezas añejadas en barrica o importadas de Bélgica. Y hace diez años en Latinoamérica, y allá en el fondo donde está Argentina, con la economía muy cerrada durante años a las importaciones…Yo había viajado y había conocido ese mundo, y se me hacía imposible salvo cuando viajaba poder tomar esas birras, así que las empecé a hacer, básicamente.

El proyecto de los Bichos manda fue creciendo, llegué a tener dieciséis barricas en el living de mi casa. Al principio me guardaba la mitad de las 250 botellas de 375ml que sacaba de cada barrica, y el resto las vendía para reponer el stock y poder seguir produciendo el mosto y las cervezas que hacía. Pero lo vendía sin muchas ganas porque en realidad eran cervezas para mí, no eran para vender. Lo que pasó es que encontré un montón de gente igual que yo, que estaba deseando probar esos estilos de cerveza.

El desarrollo del producto fue muy bueno y gracias a los contactos, tipos con mucha experiencia en Europa o Estados Unidos, que me fueron explicando como se hacían esos estilos, cómo se añejaban, qué tenía que tener en cuenta…

Empecé a hacer mis primeras sour de barricas en 2006, y las primeras que yo consideraba que estaban bien, allá por 2010 y 2011, salieron a la venta en 2013. En Latinoamérica fue un boom, ganando las medallas de oro, plata y bronce en el campeonato South Beer Cup en la categoría de sour de forma consecutiva en 2013, 2014, 2015. Y se hizo un producto de culto, porque era tan escaso al ser artesanal, casero, etiquetado y encorchado a mano con mis hijos y de tirada muy espaciada-solo sacaba una tirada cuando había una barrica lista-, y había apenas cien botellas.

Poníamos un tope de dos botellas por persona, y se agotaban el mismo día que salían a la venta. Era muy loco porque venía gente de Uruguay o Brasil cuando hacíamos la venta. Y venían a comprar. Al final sirvió de germen para Juguetes, comprobando que había en Latinoamérica, e incluso  Argentina, público dispuesto a pagar un precio internacional por un producto de calidad, añejado en barrica. Me abrió los ojos que podíamos hacer algo en una escala mayor, y eso fue posible cuando me junté con las personas adecuadas en el momento adecuado.

BeersandTrips: Vienes de una familia con mucha tradición vinícola. Las lámbicas te cambiaron la brújula cervecera, ¿nos cuentas por qué?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Las cervezas lámbicas tienen mucho que ver con el tema de vino. Yo siempre hice vino en la familia, de toda la vida, de forma natural. No había herramientas para controlar otras cosas, así que los vinos que hicimos siempre eran de fermentación espontánea. Y cuando probé ese tipo de cervezas, siendo Argentina un país con esa cultura  vitivinícola, me encontré con gente que me decía que normalmente no le gustaba la cerveza porque tenía la experiencia de las industriales. Y al encontrarse con las sour que se asemejan en textura y en sensación a un champán o espumante, y que recuerdan a un buen cava o vino blanco, empezó a agrandarse ese público.

Entonces me resultaba más fácil vender estas cervezas a los amantes del vino. Eran muchos de los fans que teníamos con los Bichos Mandan y con Juguetes, dispuestos a pagar un precio que están acostumbrados con el vino. En Argentina a nadie le sorprende que se pague por una botella de buen vino 120 o 200 dólares, de modo que si entienden que hay una cerveza con un proceso similar, que tiene dos o tres años en barrica, a nadie le sorprende que pueda costar 12 dólares.

Para el público que consume cerveza industrial a un dólar el litro es más difícil trasladarle el concepto y que entienda que una cerveza también puede vale 12 o 15 dólares. Yo creo que es un proceso de educación, y en los últimos diez años a nadie le sorprende encontrar productos de alta calidad vinculados a la cerveza artesanal, incluso en el mundo gastronómico. Como curiosidad para ejemplificarlo, nosotros con Juguetes Perdidos hoy estamos presentes en los tres restaurantes de Chef internacionales más importantes de Argentina, que maridan con cerveza su menú, que vale 140-150 dólares. Algo que créeme que allí no es para cualquier bolsillo.

Normalmente solo es accesible para el turismo extranjero o alto poder adquisitivo. Eran lugares hosteleros donde hasta hace unos años solo se podían maridar los platos con vinos, y hoy se puede hacer lo mismo con cervezas de fermentación mixta o sour sumados a alta gastronomía gourmet. Por tanto, lo que más me llamó la atención de este tipo de cervezas es que podíamos entrar en lugares donde la cerveza no suele entrar.

BeersandTrips: Hay quién opina que ser autodidacta y homebrewer está muy bien para pillarle al gusto a la elaboración, pero lo que lastra al sector craftbeer es que hay poca autoexigencia a la hora de montar una cervecera sin tener los conocimientos necesarios. Tú lo has vivido como autodidacta que ha acabado escribiendo un libro (Pasión por la cerveza), haciendo vídeos de hombrewer, fundando la asociación de cerveceros de argentina (más de 50 mil adheridos), siendo juez internacional BJCP… ¿Ha llegado el momento de unir el autoaprendizaje con la formación reglada y exigente para hacer más creíble la figura del maestro cervecero?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Respecto al mundo de la cerveza artesana y al figura del maestro cervecero, cada uno tiene su aproximación. yo no juzgo a nadie. Al final del día lo importante es la persona que consume el producto y el mercado regula. Lo que me parece es que nosotros no deberíamos preocuparnos o exigir tanto a los colegas, porque en definitiva yo no soy nadie para juzgar a nadie, y dónde elige colocar su producto en el mercado.

Para mi todas las aproximaciones son válidas, y si no haces bien el producto, en última instancia tendrás que cerrar tu cervecería. Lo que sí me parece es que la vara que mide el nivel del mundo de la cerveza se está elevando constantemente, desde la presentación, las etiquetas, la comunicación. Creo que ha cambiado muchísimo la forma con la que comunicamos nuestros productos. Y aquél que se ha quedado en una posición, llamémosla más pasiva o antigua, o que no ha evolucionado con lo que hoy requiere el rubro, nadie le puede decir que tiene que dejar de hacer la cerveza como la hace. Quien en todo caso le darán feedback será el público. Yo respeto a todo el mundo y en el mundo de la cerveza hay sitio para todos.

Lo hay para quién hace tres estilos y fijos y tiene su público -quizá que está saltando de la cerveza industrial a la artesana-, y valoro mucho los que hacen una buena pilsner y ofrecen una alternativa de calidad a la industrial con estilos de tránsito. Quizá nosotros hacemos cervezas mucho más complejas pero resulta casi imposible lograr que el público de el salto si no es por esos «jugadores» intermedios que hacen esos estilos.

Es muy difícil meterle una Doble NEIPA  con lactosa y 9% de Alc. a alguien que toma cerveza industrial. Primero tiene que pasar por una pilsner artesana,  luego por una sesion IPA, descubriendo los aromas del lúpulo y si hacemos las cosas bien, conseguiremos que la gente se anime a probar cosas distintas. Todas las aproximaciones son válidas, nosotros como colegas y maestros cerveceros no somos los adecuados para juzgar el trabajo de nadie, el que manda es el mercado. Lo que yo hago desde hace muchos años es trabajar en la educación del consumidor. Cuando la gente entiende el cuidado, el cariño, la calidad de los ingredientes y la pasión de la cerveza artesana, ya no sale. Vamos ampliando ese público y poniendo nuestro granito de arena.

CERVEZA ARTESANA EN ARGENTINA

BeersandTrips: Si miramos los datos del consumo de cerveza artesanal pre-covid en Argentina, ya se había llegado al 3 % del mercado, con más de 1.200 fábricas. La Asociación Civil Somos Cerveceros de la que eres miembro fundador agrupando a más de 52 mil personas….Cifras que eran muy alentadoras…

Ricardo «Semilla» Aftyka: Dimos un gran salto en Argentina en los últimos cuatro años. Se hizo un trabajo tremendo desde el punto de vista gastronómico, y eso hizo la diferencia. Se abrieron bares de cerveza artesana exclusivos. Para que te hagas una idea, en Buenos Aires, cuyo centro y el extrarradio de 70 km a la redonda, tiene más de veinte millones, prácticamente la mitad de la población del país – que a su vez es unas cinco veces superior en tamaño a España con la misma población- hay más de 1.100 bares que solo sirven cerveza artesanal.

Eso hizo que el consumo haya cambiado. La gente que antes iba a tomar un café, ahora se junta para consumir birra artesanal. Encontraron un modo descontracturado de servir comida y vestir informal, lugar de encuentro de jóvenes…una auténtica revolución. El resultado, un despegue si hablamos de litros enorme.

BeersandTrips: En Argentina apenas se envasaba la cerveza antes de la pandemia. Se servía directamente ontap en los bares con barriles. Con la pandemia ha cambiado mucho el panorama ¿no?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Cierto, como bien dices, el 95% del volumen de cerveza artesanal no se embotellaba. Se vendía en kegs a los bares, haciendo muy difícil conseguir cerveza envasada. Como resultado las cervecerías crecieron en volumen al despachar en kegs, olvidándonos de embotellar, y vendiendo en kegs que además en Argentina son de 50 litros. Cualquier cervecería alcanzaba un volumen de 30 o 40 mil litros mensuales rápidamente. Y fíjate, me sigue sorprendiendo lo de los bares. Aún hoy en tiempos postpandemia, tenemos bares en buenos Aires que están vendiendo 12-15 mil litros mes, que antes vendían 20 mil. Tanto consumo movía el volumen de producción de las fábricas.

BeersandTrips: Por otro lado la percepción que se tiene de Argentina y de su situación económica, es que la crisis es algo endógeno, ni empieza ni acaba, ni se crea, ni se destruye….se transforma como la materia.

Ricardo «Semilla» Aftyka: La situación económica de Argentina es desde hace setenta años de un sube y baja permanente. Pasamos de importar a exportar de forma cíclica, de un consumo interno fortísimo a tener altos índices de pobreza. En ese escenario la cerveza artesana se encuentra en un rango medio, más estable. Nosotros lo vivimos de manera que en época de crisis, la gente que normalmente va a restaurantes de lujo o toma vinos caros, se «baja» a la cerveza pero consumiendo un producto premium, igualmente asequible para ellos.

Nosotros lo vivimos con un bar en el centro de Buenos Aires, Bélgica, que lo vendimos en 2019 y allí durante una de esas continuas crisis, venía público a tomar cervezas en Audi. Y después, cuando la economía despega de forma sideral y hay una fiebre de consumo funciona al revés, es decir, la gente más humilde pero que aumenta su poder adquisitivo, se permite ir los bares de más categoría y consumir cerveza más cara.

Por tanto, en los altibajos, lo que está pasando es que nos cambia el público pero la venta siempre está. Y es una de las ventajas de la cerveza artesana, que no es el producto más barato de la categoría, ni tampoco el más caro, y estar en ese rango medio hace que en los vaivenes lo que cambia es el público, y no tanto el volumen de consumo de birra.

BeersandTrips: Imaginamos que hay mucha incertidumbre por el tránsito de barril y bares a envasado y exportación. En España hubo una fiebre por activar o montar las tiendas online de las fábricas…

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sí, cuando empezó la pandemia…Imagínate, había mil fábricas en Argentina y solo cuatro envasaban cerveza. Así que todo el mundo montó su tienda online y sobre todo migró hacia el sistema de envasado. Saltamos el tema de la botella -aquí es prácticamente imposible encontrar cerveza en botella  salo fermentación mixta o cosas exclusivas- y pasamos directamente a la lata, como en Estados Unidos.

Hoy tenés a todas las fábricas con latas. Comenzó con empresa de «enlatado a domicilio» como en España, para las empresas que no se pueden permitir una enlatadora. Lo bueno que tenemos en Argentina es que estamos tan acostumbrados a los vaivenes y las crisis que la dinámica es muy rápida. A los treinta días de la pandemia ya había gente ofreciendo servicios de enlatado, haciendo enlatadoras portátiles. Yo creo que tiene que ver con el dinamismo que tenemos los argentinos que es una necesidad y que supimos transformarlo en una virtud.

BeersandTrips: Los precios de producción y venta de cerveza artesana en Argentina son muy bajos con respecto a USA o Europa. Eso es una ventaja de cara a la exportación, pero habrá que ver por dónde va el dualismo entre los beerhunters y los que abogan por fomentar el consumo local. ¿Cómo lo ves?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sí, los precios en dólares están muy deprimidos actualmente. Tenemos una moneda muy devaluada, y eso hace que sea muy atractiva la exportación. Nosotros abogamos un poco por el consumo local y esa es la razón por la que no solo hemos basado nuestra estrategia en la exportación si no en la producción local. De hecho en todos los lugares que producimos en Europa estamos buscando darle una impronta local al producto.

Creemos en el consumo local y esa ideología, y lo que estamos intentando es exportar aquellos productos que fabricamos nosotros y que tienen un carácter único y no reproducible, sea por las barricas de Malbec o por lo que fuera. Tratando de dar a conocer lo que hacemos en Argentina, para esos beer hunters pero tratando también de fabricar cervezas con sello local.

FILOSOFÍA JUGUETES PERDIDOS

BeersandTrips: Juguetes Perdidos es una canción de los Redonditos de Ricotta, un grupo independiente mítico. ¿Sabes que en España también sonaron los Redondos no? Vuestra relación con el nombre de la canción va camino de convertirse en una leyenda como la figura de Patricio Rey en el grupo musical…

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sí, Juguetes perdidos es el nombre de una canción de esta banda mítica independiente que ha sido la banda más masiva de Latinoamérica. Ha llegado a meter medio millón de personas en los conciertos. Todo de boca en boca, sin discográfica, y nada más que la banda. Para nosotros, tomar esos valores que nos han marcado en nuestra juventud de los 90 y nos ha identificado con su independencia. Y esos valores los hemos trasladado a nuestra marca y a nuestro producto. Esa es la razón por la que elegimos el nombre de una canción de los Redondos para nuestra cervecería.

BeersandTrips: Incluso Ricardo Cohen, más conocido como Rocambole artista plástico y diseñador gráfico hizo las primeras ilustraciones y ambientaciones para promover las presentaciones de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota os creó alguna etiqueta… ¡Qué honor!

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sí, Ricardo Cohen, el «mono», Rocambole…Tuvimos la oportunidad de hacerle llegar algo de nuestro producto en una presentación y la verdad es que le encantó el hecho de poder trascender más allá de la banda y de lo que hace. Tuvimos el honor de que nos regale una imagen para nuestra cerveza Cruz Diablo -otro tema de los Redondos-. Cuando salió Luzbelito, el disco donde sale la canción de ese disco donde también está la canción Juguetes Perdidos, Rocambole ilustra el librito que venía con el disco.

Con Spotify nos estamos perdiendo esa parte de la ilustración de los discos, pero él hacía toda la gráfica y tenía muchos dibujos. Uno de los descartes que quedó fuera del disco nos lo cedió para la etiqueta de la cerveza, una Imperial Red. Todo sucedió cuando día nos llamó su manager y nos dijo que fuésemos a su estudio mítico en La Plata donde tiene sus esculturas y donde trabaja porque nos quería hacer un regalo. Tomamos unos mates y charlamos y nos regaló el dibujo para la etiqueta. Para nosotros es un honor, él nunca hizo nada para productos comerciales más allá de los Redondos y una tapa de Frank Zappa. Y tener ilustrada una etiqueta por él es un sueño cumplido.

Cerveza artesanal Cruz Diablo de Juguetes Perdidos
Cerveza artesanal Cruz Diablo de Juguetes Perdidos

BeersandTrips: Algo que gusta a los fans de vuestra marca y cervezas es la filosofía. Y una de las cosas que más os define es el ser cerveceros honestos. Hacer cerveza pensando en darlo todo en la cancha.

Ricardo «Semilla» Aftyka: Igual que la banda, Juguetes Perdidos no tiene clientes, tiene fans. Es lo empezamos a ver al principio cuando se arrimaba gente a la cervecería y nos enseñaba que se había tatuado el logo. Ni siquiera nosotros teníamos tatuado el logo y veíamos gente que se tatuaba la copita de juguete, una locura. Entendimos que se generó alrededor del producto y la marca algo muy fuerte que es esa identidad y los valores asociados a ella. La gente los hace propios y los identifica. Nosotros no hacemos una cerveza que no tomaríamos nosotros. Esa honestidad en el producto con que nunca vamos a ofrecer nada de lo que no seamos fanáticos.

Yo soy fanático de cada una de las birras que saca Juguetes porque cada una está pensada desde un lugar. Tenemos la suerte en Juguetes de ser tres socios, amigos, hermanos, y que todos somos cerveceros. Normalmente no ocurre esto en la fábrica y en una sociedad a veces uno es inversor, otro se dedica a la marca, a la publicidad, lo comercial y generalmente hay un cervecero. En nuestro caso funciona distinto, somos tres cerveceros y la creación y la exigencia pasa por tres filtros.

Desde el día uno que armamos la cervecería funcionamos con un estatuto interno que lo hicimos antes de mojar malta por primero vez. Una de las cosas que pusimos es que nos regimos no por el voto si no por el veto, es decir, nunca vamos a empujar al tercero a sacar al tercero a sacar una cerveza de la que no se sienta orgulloso. Eso implica que los tres tenemos que dar el ok para que una cerveza vea la luz y que la exigencia del producto sea alta, y por ende que nuestras cervezas sean tan singulares.

BeersandTrips: Durante dos años seguidos habéis sido la cervecera más premiada de Latinoamérica. Además de la ética y la autoexigencia, que son seguramente la mejor satisfacción para un cervecero, este premio es un claro reconocimiento del sector.

Ricardo «Semilla» Aftyka: Bueno, con respecto a las medallas y los premios es algo importante, que nos gusta y que tenemos en cuenta, pero al tener fans en vez de clientes nos festejan todo, y eso significa que uno pierde la objetividad del producto. El fan perdona todo y en los campeonatos en una cata a ciegas hay un montón de jueces que más allá de estar enamorados de la filosofía del producto, las cervezas llegan en una copa, igual que un montón de las que no sabes más nada que el líquido que está dentro.

Obtener esos reconocimientos a lo largo y ancho del mundo obviamente nos reafirma en que el camino que seguimos es el correcto. Por eso nos gusta exponernos a la crítica de los expertos, tomando recomendaciones de las catas para mejorar el producto. Ese es el espíritu, algo que siempre sobrevuela las reuniones internas en Juguetes, ¿Cómo podemos hacerlo mejor? No importa cuantas medallas ganamos o cuanto vendimos, sino como mejorar, y esa es la brújula que nos guía.

BeersandTrips: Os definís como «cerveceros de frontera». En Juguetes Perdidos os habéis centrado en Lager, Sour y Barrel Aged. ¿Qué os lleva a tirar por unos estilos concretos?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sí, nosotros solemos definirnos como cerveceros de frontera porque estamos siempre empujando los límites. Haciendo cervezas que no hay en el mercado. Un poco por curiosidad y otro poco porque es lo que nos gusta, es el fuego que nos mantiene en la búsqueda de lo distinto y el desafío. No hace mucho hicimos una Imperial Goose con mango emulando el postre indio con mango Lassi o una Lichtenhainer Sour Rauchbier, cerveza ahumada, ácida, con 3% de Alc. Lograr que sea fácilmente bebible con productos tan diferentes es lo que nos llama. Buscamos cervezas bebibles, sin necesidad de contar literatura de adorno. Al final que la gente quiere beberse la cerveza entera. Uno de los filtros que usamos para experimentar con lo fácil que puede beberse es mi mamá, yo se la doy a probar y si ella se la toma, cualquiera la puede beber. Por más compleja que sea la cerveza y enrevesado el proceso, lo que siempre buscamos es que tenga alto drinkability.

BeersandTrips: ‘La Juguetería’ es el apodo de vuestra fábrica. La filosofía de solo abrir tres horas el taproom los viernes tiene algún sentido? Con tanta devoción, casi un peregrinaje y colas en el taproom, preferís seguir haciéndoos desear? O es la única vía para estar en contacto directo con el público que quiere conocer la fábrica y a vosotros tres?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sólo abrimos tres horas por semana porque es el tiempo que podemos dedicar en cuerpo y alma a los fans. No podíamos dar más y cualquiera que haya venido al taproom puede vernos, hablar con nosotros, recorrer la fábrica, y es algo para nosotros religioso, estar ahí, dar la cara, obtener el feedback, saber qué piensan de nuestro producto. Que nos puedan contar su experiencia con el producto, ese mano a mano es un alimento nutritivo, cervecero y espiritual. Y la verdad es que no lo hacemos más tiempo porque tal vez se convertiría en otra cosa o se haría más impersonal. Y el objetivo del taproom no es vender cerveza.

Nosotros, gracias a Dios, toda la cerveza que hacemos la vendemos, no necesitamos  del taproom para vender las cervezas, y ese es el tiempo que podemos dedicar semanalmente con un 100% de atención a la gente. Es un agradecimiento mutuo, poder conocer a esa gente y ellos la fábrica, que se acerquen a preguntar para que sirve un aparato, o qué hace un fermentador o por qué una cerveza lo hicimos en un fermentador horizontal y otro en uno vertical. Si lo hiciéramos más masivo no podríamos hacerlo con las mismas ganas. La gente se lleva una experiencia y a nosotros nos sienta genial ese contacto con la gente.

Fábrica de Juguetes Perdidos
Fábrica de Juguetes Perdidos

BeersandTrips: Ver online el documental del Festival cervezas extremas 2019 da una envidia sana terrible. ¿Cómo se germina la idea de un festival de estas características?

Ricardo «Semilla» Aftyka: El festival en realidad nació como nuestro aniversario, el cuarto. Ya en el tercero con la fiesta en la fábrica de Juguetes cortamos la calle, vinieron unas 500 personas que son las que suelen venir al taproom, con cerveceros amigos de Chile, Brasil o Uruguay. Al terminar, vimos que se nos había ido un poco de las manos y al cerrar las puertas el mismo día dijimos, el año que viene hay que hacerlo en un lugar más grande para que los colegas estén en un lugar más cómodo para nuestros amigos. Los cerveceros que estaban todavía con nosotros en ese tercer aniversario nos dijeron, mira, si lo hacéis en un lugar más grande nos encantaría regalaros una cerveza para el próximo aniversario y que la disfrute la gente que venga. Otros nos decían que hiciéramos una cerveza colaborativa, y otros que nos mandaban cerveza para el evento…

Y así empezó casi un año antes el montaje. Al buscar lugar terminamos buscando un lugar grande, el estadio de fútbol Ciudad de Caseros. La idea es que fuese en el gimnasio, en un espacio más chico, pero al sentarnos Ian y Pisa y yo a soñar con qué cervezas nos gustaría que vinieran al cuatro aniversario hicimos una lista cada uno, con nombres como Mikkeller, Brew Dog o The Rare Barrel . Empezamos a mandar emails a las cerveceras de la lista y nos fueron confirmando. La condición que poníamos era que vinieran los brewers a servir su birra.

Y fue la característica diferente que definió al festival de cervezas extremas, que te encontrabas a gente como Doug Odell detrás de sus cervezas, sirviéndote sus birras. Yo creo que Doug no va a un festival desde hace veinte años y allí estaba!!. Vinieron unas tres mil personas y fue un festival gigante, con 62 cervecerías de todo el mundo: Australia, Rusia, Europa, Estados Unidos, todo Latinoamérica. Decidimos darle ese carácter extremo con cervezas de estilos Sour, Barrel Aged, y Hop Bombs  porque definen el mismo carácter extremo de Juguetes Perdidos, con intensidad. elegimos darle esa impronta e invitar a aquellos que nosotros consideramos referente, admiramos o nos gusta su cerveza como las citadas Mikkeller, Brew Dog,The Rare Barrel, o Stone, 3 Fontainen …y muchas más de todo el mundo y Argentina con las que hicimos colaboraciones.

Fue un hito para Latinoamérica, el festival más grande y masivo con éstas características, y también educó y abrió mucho mercado. Un ejemplo es el de nuestros amigos de Ogham, a los que animamos a participar en el festival haciendo una cerveza «extrema». Ellos no hacían estos estilos, pero tras elaborar una para estar en el festival, cosecharon varios premios y medallas por su Sour en Latinoamérica y es una cerveza de línea en su catálogo. Hoy encuentras ya más de cincuenta cervecerías que hacen cosas con barrica, sour, etc… Fue tener a los mejores exponentes para que luego en Argentina se demostrase que podemos hacer productos de la misma calidad que los referentes internacionales.

Pisa, Ian y Semilla, los tres socios de Juguetes Perdidos en el Festival de las Cervezas Extremas 2019
Pisa, Ian y Semilla, los tres socios de Juguetes Perdidos en el Festival de las Cervezas Extremas 2019

BeersandTrips: Hacer pública la receta de Galaxitra es como si Ken Follet permitiese reproducir su libro sin royalties. Es un gesto simbólico para explicar quienes sois, de dónde venís y a donde vais?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Lo que pasó con la Galaxitra  tiene que ver mucho con nuestra historia como Hombebrewers. El objetivo es que haya una mejor cerveza, y el mérito de la Galaxitra fue haber sido una de las primeras American IPA con alta tomabilidad que hubo en Argentina, en Latinoamérica. Esa cerveza ganó diez medallas de oro en siete países distintos en 2018. De hecho hicimos solamente nueve elaboraciones. Y lo que pasó con esa birra fue tan fuerte que no quisimos atarnos a esa cerveza, pero nos encanta que esté en el mercado, de modo que liberamos la receta, pero no solo liberarla como si fuese la receta del flan de mi abuela, que luego no queda igual.

Entonces lo que hice fue hacer una presentación de casi dos horas donde explico desde la selección de las materias primas hasta las decisiones que tomamos en el proceso de la American IPA. Fue fabuloso poder compartirlo y que la gente tome lo que le sirva. Todos aprendemos de todo y nosotros no inventamos nada con esa cerveza. Lo que tiene esa cerveza tal vez lo aprendimos a su vez de otros, y el mérito fue haberlo conjugado en una cerveza que salía muy bien. Hicimos una reedición con una versión de una Imperial Neipa el año pasado justo antes de la pandemia, en febrero, junto a Other Half Brewing de Nueva York, una de las que en New England IPA son referencia. Sam estuvo en Argentina para la cosecha del lúpulo y coincidió que vio en untapped que la Galaxitra es la mejor cerveza puntuada de Argentina.

Nos pidió colaborar y que le encantaría reproducir la cerveza y tomamos lo mejor de Other Half, su Double NEIPA para hacer la revisión, llamada Other Galaxitra. De hecho pronto va a dar novedades de ese tema que no te puedo anticipar, pero…vamos, que siempre vuelven revisiones. En definitiva, la idea de dar la receta era compartir y es la razón por la que la liberamos, en la línea del espíritu homebrewer que nos caracteriza a los tres.

BeersandTrips: Juguetes Perdidos abrirá en España… explícanos. Será fábrica, haréis cervezas como nómadas ¿Cuándo y dónde podrán beberse vuestras cervezas en España?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Nosotros estamos en España haciendo base, pero en realidad Juguetes va a poder tomarse en toda Europa. Estamos importando algo y produciendo. En principio como nómadas porque tenemos muchos amigos que tienen cervecerías «espejo» con la misma filosofía de Juguetes Perdidos, y nos sentimos identificados. Por eso no tiene sentido tener fábrica propia de momento y atarse a una locación porque ya la tenemos en Argentina. Estamos buscando hacer cervezas en algunas fábricas de Europa que tienen características similares a nosotros, y aprovechar lo mejor que tienen para dar una impronta local al producto.

La semana pasada se cocinó la primera elaboración, y hoy 20 de abril se hizo la segunda en otra cervecería de España. Para finales de mayo tendremos ya las cervezas disponibles y os iremos contando. Nuestra primera cerveza será como no podría ser de otra manera, una colaboración que hicimos con otras nueve cervecerías de todo el mundo, incluyendo una cervecería de Beijing, Mikeller, alguna de Reino Unido, Portugal, Polonia…referentes europeos. Será nuestra carta de presentación en Europa, y servirá para abrir el BeerArt de Portugal. estamos muy contentos de desembarcar con la misma filosofía, compartiendo con amigos.

PANORAMA CRAFTBEER

BeersandTrips:  ¿A qué nivel ha llegado la Copa cervezas americana?, tú que conoces los dos lados del océano.

Ricardo «Semilla» Aftyka: Hoy en Latinoamérica estamos más cerca de Estados Unidos en lo referente a vanguardia, experimentación y estilos que de Europa. Aquí hay más arraigo conservador o tradicional, si bien es cierto que hay fábricas que buscan lo experimental, pero es más común ver esa investigación en Latinoamérica. Nos pasó en el festival de cervezas extremas, con un nivel muy alto y similar de las cervezas del cono sur americano frente a las de Norteamérica. Te puedo mencionar a Granizo, Treintaycinco, varias de Brasil, algunas de México que hacen productos de calidad mundial y de mucha vanguardia. Latinoamérica es por su cultura de emprendimiento, la riqueza de las materias primas, la diversidad cultural, el hecho de no estar atado a algo tradicional como en Europa, nos da la oportunidad de hacer cosas más disruptivas. el nivel está muy bien.

BeersandTrips: Con el tiempo has podido conocer propuestas y fábricas de todo el mundo. En el festival de cervezas extremas llevaste a Aran de La Pirata y Txus de Laugar. Has seguido profundizando en el panorama de España, ¿Qué otras propuestas o breweries te han causado impacto del panorama nacional?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Hay muchas cervecerías de Europa en general que hacen cosas muy interesantes. Yo ya as conocía pero me parece que tienen una propuesta súper interesante, Browar Stu Mostów, Omnipollo o Mikeller obviamente quizás algo más trendy… Hay algunas más chicas con las que uno se cruza en festivales. Así conocí a Arán de la Pirata o Txus de Laugar en 2016 en Bélgica. Conocí aún más en el festival Wild Ale Celebration de Mikeller el año pasado. Había 30 cervecerías de todo el mundo que hacían cervezas sour y espontáneas. Los festivales son un lugar rico donde encuentras verdaderas gemas.

Sobre el mercado español me gusta mucho todo lo que hace lupulado Basqueland, lo de barricas de Guineu. Hay muchas cervecerías que están generados productos de calidad internacional, de vanguardia y que demuestran que hay un mercado más allá de los productos tradicionales a los que algunas fábricas se atan. Es animarse a abrir ese abanico más experimental. Yo veo cervezas que cuestan  8 o 10 € que se venden, y no solo compradas por beergeks. No es un mercado marginal, está asentado para productos de ese estilo que antes venían de USA y ahora ya se hacen en España como con Garage y otras que no envidian a ninguna NEIPA o de barrica de Estados Unidos. Hay mucho en el mercado para crecer y esa es la apuesta de Juguetes desembarcando en Europa.

BeersandTrips: La pandemia te pilló aquí en España. En esos dos meses atrapado -por fortuna con tu pareja- ¿te dio a tiempo a pensar en nuevos retos, ideas….?

Ricardo «Semilla» Aftyka: Sí, vine por nueve días y me quedé dos meses y al final llevo un año viviendo en España, en pareja con una cervecera increíble, Blanca. Con muchos retos e ideas, algunos pensados juntos, algunas relacionados con la impronta y el carácter local. Tenemos muchos proyectos que están germinando, de modo que esperamos poder sorprenderos en los próximos meses con muchas cervezas nuevas y una apuesta disruptiva llena de pasión. Seguiremos experimentando y abriendo mercados, fomentando la cultura cervecera para que la gente se acerque y tenga la misma pasión cervecera.

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