La tendencia de los millennials, y sobre todo en la generación ‘Z’ es pensar que han descubierto que la Tierra no es plana, a través de multitud de «descubrimientos» que cuelgan en redes educando a los ya ancianos sobre temas de toda índole.
En el mundo de la cerveza pasa algo parecido. Algunos se erigen como apóstoles de la sostenibilidad o lo artesanal, sin reflexionar que ya desde hace siglos existen muchos conceptos aplicados, que por una u otra razón ahora se recuperan o se ponen en relieve.
¿Qué son los Growlers?
Salvando -y mucho- las diferencias, los growlers son a la cerveza lo que los botijos al agua. Es decir, un recipiente que permite la portabilidad de cerveza de un lugar a otro, en este caso del bar, recién salida del grifo, al lugar de consumo o almacenamiento. El nombre de growler es un anglicismo que traducido significaría «gruñidor» y en el siguiente artículo os contaremos por qué recibe ese nombre.
Historia de los Growlers
A finales del siglo XIX, antes de que existieran cadenas de montaje para envasarla, la cerveza se transportaba del pub local a casa en un pequeño cubo de metal galvanizado.
Se cuenta que el término growler= «gruñidor» surge cuando el CO2 de la cerveza se filtraba por la tapa con el trajín del transporte, emitía un ruido parecido al de un gruñido. Otra teoría difundida cuenta que, las prisas por servir la cerveza en los growlers primigenios para llevar a los obreros, causaba que muchos se quejasen de que los taberneros vertían más espuma que líquido, lo que derivaba en quejas y gruñidos.
Fue en la década de los años 20 del siglo XX, coincidiendo con la ley seca de Estados Unidos, cuando nuestro amigo growler llegó a estar incluso prohibido, algo que se abolió en 1933. Los niños eran a menudo los encargados de repartir la cerveza a los obreros, que saciaban su sed durante los descansos de trabajo. En esa época, como demuestra la publicidad, la cerveza era vista como un reconstituyendo para los que llevaba a cabo esfuerzo físico, o para deportistas e incluso embarazadas que bebían milk stout.
Tras la segunda guerra mundial se vivió un boom de envases de plástico y el precio del vidrio bajó, lo que permitió que el concepto de usar el growler propio para ir a buscar cerveza, cayera en desuso.
Y llegamos a finales de los ochenta. Ya con el fenómeno del craftbeer pegando fuerte en Estados Unidos, Charlie y Ernie Otto de Otto Brothers’ Brewing Company (en Wilson, Wyoming) querían ofrecer cerveza para llevar a sus clientes locales, pero aún no estaban en condiciones de embotellarla. Su padre sugirió lo que usaba en su juventud: growlers. De modo que serigrafiaron growlers de vidrio y se volvió a poner de moda como envase portable.
El crecimiento significativo de las cervecerías artesanales y la creciente popularidad de la elaboración de cerveza casera también ha dado lugar a un mercado emergente para la venta de growlers coleccionables.
Materiales de los Growlers
Los growlers generalmente están hechos de vidrio y tienen una tapa de rosca o una tapa con junta de porcelana, que permite sellar el recipiente, y mantener el frescor durante una semana o más.
Ventajas de los growlers
Se fomenta la reutilización del envase y el concepto de consumo local en las cervecerías o fábricas de kilómetro cero.
Un growler debidamente sellado mantendrá la carbonatación indefinidamente y almacenará la cerveza como cualquier otra botella desinfectada. Algunas tapas de growler están equipadas con válvulas para permitir el reemplazo del dióxido de carbono perdido durante el transporte.
Pero la principal ventaja del growler es el precio más económico de beber cerveza on tap (de grifo) de cualquier bar, fresca y en tu casa.
Cómo son los growlers
Los dos colores más populares para los growlers son el ámbar-marrón o el transparente. Los mangos de vidrio son el tipo de mango más común para los growlers, aunque también se pueden encontrar mangos de metal, con diseños más ornamentados.
Mediante el growler, la cerveza se vende por cantidades, contando con el galón estadounidense como unidad de medida de referencia, donde un galón equivale a casi cuatro litros.