Embotellado de cerveza artesanal en lata o en botella de vidrio, qué es mejor?

14 agosto, 2018by Aitor Pedrueza0

En torno al mundo cervecero siempre hay una pregunta o duda que de forma frecuente aparece, ¿Cuál es el mejor envase para la cerveza artesana, en lata o en botella? Se tiende a enfrentarlos obviando que el envase en  barril de metal o de madera es otra posibilidad, pero esa es otra historia.

Fabricantes, embotelladores, vendedores y consumidores opinan, no siempre con criterio, por lo que en este artículo intentaremos aclarar los pros y contras.

Además de las cuestiones estéticas, hay motivos que van desde la nostalgia, al almacenamiento, transporte, conservación o el sabor.

Antes de abrir la veda sobre el debate lata vs botella hay que poner énfasis en que la mayoría de las cervezas artesanales no están pasteurizadas, por lo que la temperatura y el calor afectan mucho más que a las cervezas industriales. Y aquí está uno de los motivos por los que la diferencia entre ambos formatos es más sutil.

Latas y cervezas

En el universo industrial de la cerveza el embotellado en lata ya se llevaba a cabo desde que los pioneros de la cervecera Krueger´s (propiedad de Gottfried Krueger) en 1935 comenzasen a embotellar en este nuevo formato que caló hondo rápidamente.

Sin embargo el mundo de la cerveza artesana se resistió hasta que la microcervecería Oskar Blues del estado de Colorado en Estados Unidos empezó a vender en 2002 su Dale’s Pale Ale en formato lata de 33 cl. Se empezaba a resquebrajar el mito de que embotellar cerveza artesana en lata era poco más que un pecado o una traición al modelo y corriente craftbeer.

La versatilidad y reducción de precios en la personalización de los diseños de las latas ha permitido jugar y contribuir de una manera portentosa al marketing estético de la cerveza artesana, que a veces capta la atención cuando tratamos de elegir una nueva cerveza artesana.

Cervezas en botella de Espiga
Cervezas en botella de Espiga

Latas vs Botellas – Comparando 

Si atendemos a razones técnicas, esencialmente de conservación, debemos fijarnos en tres criterios que alteran la cerveza: aire, luz y temperatura.

El calor no es buen amigo de la cerveza, que en cierta manera es un ente vivo sensible a las alteraciones de temperatura, provocando un sabor y olor diferente si no se ha conservado como debiera. A la hora de enfriar las latas lo hacen más rápido, pero también se calientan más rápido, por lo que muchos consumidores prefieren la botella, sobre todo si se prueba en zonas muy cálidas. En cervezas con mucho lúpulo como las IPAs, o APAs el calor hace mucho más daño por lo que la exposición a la luz o el calor es motivo para arruinarlas.

El aire es otro condicionante, ya que mientras en la botella queda algo de aire, en las latas no existe. Ahora bien, esa pequeña cantidad de aire también permite que aquellas cervezas artesanas con segunda fermentación en botella, puedan seguir evolucionando. Al ser traslúcidas, la observación del sedimento de posos es posible, cosa imposible con las latas, que con cervezas de segunda fermentación como las de estilo belga no aguantarían la presión de la carbonatación.

La luz en las latas es inexistente, frente a las botellas en las que hay también diferencias. La razón de que las botellas de vidrio sean de color marrón o verde oscuro es para que no interaccione la luz solar con el lúpulo. Mientras las verdes o transparentes dejan entrar luz, las marrones actúan de escudo frente al 99% de los rayos de luz. La luz genera una reacción química que influye en la cerveza, aún más en una cerveza artesana que no cuenta con conservantes.

Latas de la cervecería BlackLab
Latas de la cervecería BlackLab

Una de las mayores reticencias a la lata venía del sabor metalizado, que se resolvió con el aislante interior que impide que el aluminio de las latas proporcione sabor a la cerveza. Por tanto ya no se puede esgrimir como argumento.

La logística y transporte son dos elementos que dependiendo de la producción de la cervecería artesanal pueden ser relevantes, o incluso yendo más allá de los distribuidores o puntos de venta final. No olvidemos que la cerveza artesanal se vende ya en supermercados, lo que implica que estas grandes superficies puedan preferir las latas para su colocación y movimiento en almacén. Si a esto añadimos la variable peso: Una lata de 33 cl pesa alrededor de 370 gramos frente a la botella de 33 cl que ronda los 565 gramos; el peso y capacidad de los camiones durante el transporte -además del menor riesgo de rotura- hace que se presione a los productores de cerveza artesanal para que apuesten por las latas.

Por otro lado las botellas requieren de un coste extra para el packaging donde van colocadas, lo que ahonda en el factor del ahorro.

La sostenibilidad y el factor ecológico también han desembarcado en el mundo de la cerveza artesana. Al pesar y ocupar menos las latas generan menor impacto en las emisiones de producción y transporte, y en la fase de reciclado las latas necesitan menos energía para transformarlas de nuevo en material reutilizable.

Podemos concluir que las latas son mejores para la conservación de la cerveza artesana, y varios maestros cerveceros nos han contado su experiencia muy positiva con el envase en latas de cervezas muy lupuladas pensadas para consumirse en los primeros meses después de «cocinarse».

Los cerveceros que comienzan su producción deben evaluar bien los costes de embotellamiento, logística, transporte, además de la elección de cerveza artesana que quieren crear y vender (fermentación, consumo tras la fabricación, e tc….). Todo ello para elegir entre lata o cerveza. La tendencia actual es que el crecimiento del embotellado en lata entre los productores de cerveza artesanal está creciendo, de forma aún más palpable entre las microcerveceras. De hecho cuando preguntamos a los maestros cerveceros, son más los que prefieren la lata a la botella, aunque muchos coinciden en que ambos formatos valen, lo importante es si la cerveza artesana es buena.

Pero al final todo es cuestión de gustos, y lo importante es que captemos bien los aromas y el sabor, a poder ser en vaso. Recordad que la cerveza artesanal se saborea mejor no muy fría. ¿Qué envase prefieres tú para probar la cerveza artesana?

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