No nos cansamos de insistir en que la divulgación y la capacidad para poner en valor la cerveza artesanal frente a la industrial, es el camino a seguir, la rodada buena para ganar la etapa, sabiendo que el Tour de Francia es una meta muy lejana.

Es por ello que las cervezas sin alcohol son una de esas lianas a la que asirse para que atraer a un público que con la mayoría de edad de las nuevas generaciones busca nuevas cosas para beber.
Cervezas sin alcohol, un consumo creciente
Google muestra un claro incremento de las búsquedas asociadas a cervezas sin alcohol, asentando desde 2015 un porcentaje que muestra que no estamos hablando de una moda.

La consultora IWSR publicó los datos de una investigación que fijaba en un 31% el incremento del volumen de cerveza sin alcohol entre 2018 y 2022. Para 2026 se estima que la compra de sin alcohol subirá alrededor de un en Estados Unidos, Alemania o Reino Unido.
Primero fueron las marcas industriales y las grandes corporaciones cerveceras las que echaron el ojo y las redes en los consumidores de cervezas sin alcohol. En ese grupo apuntaban tanto a las mujeres embarazadas como a los bebedores conductores que al salir de fiesta no querían renunciar a las maltas, lúpulos y espuma cervecera.
Inmediatamente después han estado atentos a los cambios en la forma de consumir de las nuevas generaciones, más preocupados -o interesados- en la salud, la nutrición y en reducir el consumo de alcohol o la cantidad de azúcar.
Todo ello sin olvidar la nueva legislación, mucho más restrictiva con la publicidad de bebidas alcohólicas, lo que ha llevado a las grandes cerveceras a buscar la manera de seguir vinculada a la promoción deportiva, aunque sea a base de «colar» las sin alcohol en el discurso.
Mirando a la Generación Z y los centennials
Cada vez más jóvenes en cualquier rincón del mundo occidental que eligen un estilo de vida sin alcohol o al menos con un consumo moderado para evitar enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Esta nueva cultura de la bebida está transformando la forma de elaborar cerveza, obligando a invertir en un nicho de mercado muy jugoso.

El estudio llevado a cabo por NCSolutions mostraba que el 65% de los jóvenes Generación Z tiene como objetico reducir su consumo de alcohol en 2025, y un 39% estaría dispuesto a renunciar a beber cerveza durante todo el año sin problemas.
La gente joven, a diferencia de la población de la generación X o los Milenials, ya no tiene que justificarse tanto a la hora de optar por bebidas sin alcohol o cervezas sin. Ese estigma o miradas incómodas se ha mitigado y eso ha conducido a que muchos jóvenes se decanten por las SIN.
Una gran oportunidad para la cerveza artesana
Alemania, un mercado con décadas de experiencia en temas orgánicos y ecológicos es el que ofrece mayor variedad de cervezas sin alcohol. Frente a ese dato, España es el país con mayor consumo de cervezas sin alcohol (14% según datos de Cerveceros de España).
En la misma dirección apuntan las cifras del estudio de la consultora Circana, según el cual los supermercados españoles venden 129 millones de litros de cerveza sin alcohol al año (total entre junio 2023 a mayo 2024).
Es por ello que la cerveza artesana debería no menospreciar las tendencias para acercarse a un tipo de consumidor que, por sintonía con valores como la salud, la calidad, la sostenibilidad y el cambio climático, puede acercarse y fidelizarse con los pequeños cerveceros artesanales.